
ॐ भूर् भुवः स्वः
तत् सवितुर्वरेण्यम्
भर्गो देवस्य दीमहि
ढियो यो नः प्रचोदयात्
ॐ भूर् भुवः स्वः
तत् सवितुर्वरेण्यम्
भर्गो देवस्य दीमहि
ढियो यो नः प्रचोदयात्
Dicen las Upanisad, que “aquellos que quieren ir más allá de los caminos, no andan por senderos trazados”, por lo que toda técnica aprendida, supeditada a una norma reiterada o a una creencia rígida, aleja sin duda de la libertad que realmente acoge al ser humano. El yoga, lugar de indagación y de pasión por esa libertad, pierde toda esencia cuando se intenta normalizar o reglar, separándose completamente de su origen. Pero quizá, el yoga se ha olvidado...y en el olvido las palabras pierden su verdadero decir, y la tecnificación se confunde con lo que realmente es.
La intención de reglar el yoga, de convertirlo en una técnica avalada por una serie de supuestos reconocidos anatómicos y filosóficos, dista profundamente del verdadero camino del yoga.
'El yoga es para mí mi forma de vivir. Respirándolo todo, a veces boca abajo, a veces en perfecto equilibrio...
Así veo la vida, al igual que el yoga!'
Soy Olga, y me gustaría compartir con vosotros mi experiencia en esta práctica que me ha ayudado a convivir con la discapacidad que me llegó en la adolescencia.
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La muerte es con frecuencia un tema tabú, del que incluso se considera socialmente morboso hablar. Esta actitud es parte de las que el atávico miedo a la muerte desencadena en todas las personas y que van desde la negación hasta la ansiedad. Sin embargo, la muerte, como el nacimiento, no es sino una parte de la existencia, de la vida, algo que necesariamente ocurrirá. Es importante saberlo y contar con ello, y prepararse para afrontar ese momento con la mayor serenidad posible.
Aprender a morir supone, además, aprender a vivir intensamente. Enfrentarnos a nuestra propia mortalidad hace que se le dé otro valor al tiempo de vivir, que se relativicen las pérdidas y los fracasos, se superen apegos y se trasciendan mezquindades, se disfrute más el momento presente y se derroche menos tiempo en cosas sin importancia; nos ayuda a valorar más a los seres queridos, nos revela hasta qué punto la vida es corta y se puede perder en el momento más inesperado y nos enseña así a apreciar cada instante….
This sutra establishes a key element to understand the theory of kleshas: all kleshas are generated by avidyā; and when coped with, they all conduct back to avidyā - 'thinking to know', 'illusory knowledge' or nescience. All kleshas are but varieties of nescience, because all of them are permeated by delusion. When an object is coloured by nescience, it is followed by the other kleshas. These are experienced whenever there is nescience and they dwindle away when nescience is attenuated. (Vyasa commentary on 2.4, Swami Hariharananda Aranya, Yoga philosophy of Patañjali, p.119)
Los cristianos celebran la Navidad desde hace 1600 años (la primera constancia es del 354 dc) cuando culturizaron las celebraciones paganas del solsticio. El evento que celebran es el nacimiento de un niño que sólo Dios podía ofrecer a la humanidad, un hombre que viene de Dios y cuyo destino es encarnar la historia y la explicación de Dios mismo. En el día de Navidad, según los cristianos, se abren las puertas del cielo y Dios irrumpe en la historia restableciendo el diálogo entre el cielo y la tierra, entre el hombre y Dios, y por lo tanto entre el hombre y él mismo. En este sentido, la Navidad es la celebración de la unión suprema entre el hombre y la creación, entre el hombre y la divinidad misma, entre el hombre y si mismo como resultado de la revelación de Dios.
Foto: Víctor Domènech
Es cierto, la inconsciencia avanza, la pedantería aumenta y la necedad se hace ama del local. Basta con poner la televisión o la radio, escuchar a nuestros políticos u hojear las revistas para darnos cuenta de la incultura que se respira en el ambiente. ¿La culpa? ¿El mundo, el sistema, el individuo, el diablo disfrazado de normalidad...? ¿quién sabe? ¿la alternativa? ¿sabiduría...?
Sin embargo, las letras gordas del diccionario no nos aclaran mucho acerca de esta alternativa. ¿Será la sabiduría mera prudencia como nos insinúa, o será el conocimiento profundo en ciencias, letras o artes?
Me temo que sea lo que sea la sabiduría no se dejará reducir por una definición, sea un arte de vivir o el conocimiento de las esencias de las cosas. Lo que parece que no es, según la tradición, es la erudición pues no se trata tanto de tener (información sobre los objetos) sino de ser. Nuevas formas de ser que implican necesariamente procesos y transformaciones.
Comenzamos una serie con textos basados en una larga conversación entre Víctor Domenech y Andrei Ram, en una de sus visitas a Barcelona.
Sri Dharma Mitra y Sri Andrei Ram
Ese día de 2004, Andrei Garzón recibió como una sorpresa su iniciación a través de la voz suave del gurú Sri Dharma Mittra, en un rincón de la sala del templo de Nueva York, llena de gente. Estaba en plena preparaciónn para hacer los votos del renunciante (sanyasin) con la tutoría de Anatole Nguyen, quien para ese entonces era el discípulo principal de Dharma.
En aquella esquina, el maestro le dio a Andrei un mantra con sus malas de 108 cuentas, le asignó una nueva responsabilidad en el camino y le rebautizó con el nombre que las cualidades del propio discípulo le había revelado, las que guiarían al recién iniciado en la evolución de su dharma (el deber universal, el vivir de acuerdo con la ley divina): Ram, Sri Ram Om.
“….….con todas las cosas que se mueven y las que no se mueven y todo aquello que tu espíritu anhela ver. Contempla todo en Uno, conmigo”
Krishna a Arjuna, Bhagavad Gita.
Foto: David arquimbau
El enorme buque marchaba orgulloso casi rozando el faro. Blanco sobre el gris oscuro del mar. Un cuadro americano. Nítido y estático. Favàritx
Desde el acantilado donde está enterrada la ballena, la playa parecía completamente desierta. El libro que recientemente había descubierto, la crema protectora, el cepillo de mis cabellos, ...como media casa en mi bolsa.
Y así esperando una magnífica vista menorquina y un rincón de silencio.
A esta entidad que llamamos ego, que en otros contextos podemos identificar, aunque con matices, como personalidad, carácter o yo (en minúscula), en la tradición se le ha identificado como el rey impostor que usurpa el reino que no le corresponde.
En realidad este rey falso es un administrados de bienes inmuebles del reino, un jefe de personal que controla los vínculos sociales a los que está adscrito, un economista que lleva rigurosamente un listado de deudores, un vendedor de grandes ideas, un perfeccionista de la etiqueta social, un gourmet de la buena vida, un rebelde enfrentado permanentemente al sistema, y hasta abarcar un sinfín de funciones pues el ego quiere llevar el control de todo lo que ocurre en el reino aunque esta tarea mastodóntica sea en realidad imposible.